domingo, 17 de febrero de 2013

El hilorio

Se acerca la noche y bajan por el valle las brumas grises que hasta aquí habitaron las cimas. Se volverán nieve pronto, arrastrada en tolvas por el cierzo. Marcará el río su rumbo vertiginoso, enardeciendo el fuego en los hogares y acallando al lobo en los montes. Se juntarán las gentes en las cocinas contando historias nuevas y viejas, deformadas o inventadas.





A la pobre luz de posguerra, hombres y mujeres rematan faenas de invierno; allá, en la esquina, ríen los rapaces; con medias palabras, chistes y maledicencias, los adultos. Se afila el ingenio, se pule la leyenda. Es el hilorio (se hila con el fuso); el filandón, para los cultos. Pueblo montañés.

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